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lunes, 9 de mayo de 2011

El tiempo y los discursos políticos.


por Gilberto Lima
El factor tiempo juega un papel fundamental en cada cosa. Este domingo, durante la proclamación del candidato del PRD, se evidenció  el adverbio de tiempo, afectando  tanto o más al discurso del ex mandatario que el de afirmación, modo, negación, el adverbio de lugar y otros que existen y que define claramente la gramática.
Con palabras similares ese mismo personaje hizo reír la  audiencia en otro tiempo, a esa misma que este domingo 8 sintió  horror al ver como cierto caballero  pretendía,  nueva vez, jugar con la  inteligencia y  la buena  memoria del pueblo dominicano.
La política como una ciencia firme se nutre de realidades. En este país se conoce al dedillo quienes hacen y quienes no; los que sólo ofrecen o aquellos sin nada que exhibir como logro de sus gestiones.
En otros tiempos pudo lucirle decir que sembraría los túneles de yuca, los elevados de auyama, alegando que importante era la comida. Hoy eso ha cambiado, sobre todo, luego de verse  los frutos de esas obras  y luego de padecer el más alto descontrol en el precio de los alimentos. Cuatro años bastaron para productos  alcanzar  hasta 5 veces su precio real.
Hoy sólo deprime la palabra de alguien que llevó de 90 centavos a cinco pesos el costo del huevo. Recordemos que  el azúcar hubo momento en que la vendían solo  acompañada de otros productos y que conseguir gas era todo un sacrilegio.
Ayer un discurso divertido, hoy un discurso deprimente, y debió ser así porque la gente sabe que si actualmente el gas de cocinar cuesta cien pesos en vez de doscientos y que si  la gasolina hoy no supera  los 350 pesos es porque inteligentemente tomó la decisión en las urnas de decir no al PRD y su forma de gobernar.
Ayer ese mismo candidato podía decir que ganaba las elecciones porque no estaba bien que un  gobierno haga Metro, baje el dólar, mantenga  la economía, haga hospitales, escuelas, puentes o que luche por la institucionalidad. En otro tiempo  hasta aplaudían esas raras expresiones. Hoy, todos sabemos que  no es así.
El pueblo se molestó con ese discurso de Hipólito Mejía y con razón porque saben que a cualquier partido político le luce hablar de corrupción, de aumento salarial, de inversión pública, menos a la agrupación del PRD.
Las afirmaciones, el modo, la negación de los avances en el país, el lugar de la proclamación,  la cantidad de gente que lo escuchó o cualquier otro tipo de adverbio no tienen la misma vitalidad que el factor tiempo; antes esas mismas palabras pudieron  engañar a muchos, hoy sólo deprimen a todo un pueblo.

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