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viernes, 7 de octubre de 2011

Discurso Pared Pérez en recibimiento visita Presidente Palestina


Para el Congreso Nacional de la República Dominicana, es decir, el Poder Legislativo de nuestro país, constituye un verdadero honor, un grato y placentero honor, recibir, en este solemne Salón donde acostumbra celebrar sus sesiones la Asamblea Nacional y la Reunión Conjunta de las Cámaras, la histórica visita sin precedentes, de su excelencia el señor Mahmoud Abbas, Presidente de la Autoridad Nacional Palestina.
Dicha honrosa visita ha podido ser posible en los actuales momentos, debido a la iniciativa y a la actitud, que desde hace un tiempo mantiene en torno al reconocimiento como Estado de la Autoridad Nacional Palestina, el Señor Presidente de la República, el Dr. Leonel Fernández Reyna.
En efecto, en el marco de la celebración de la XV Cumbre de los Países No Alineados (NOAL) llevada a cabo en Egipto en el mes de julio del año 2009, la República Dominicana y el Estado Palestino, acordaron el establecimiento de relaciones diplomáticas formales, mediante un comunicado conjunto firmados por sus respectivos presidentes.


Desde entonces y de manera oficial como Presidente del Estado Dominicano, el Dr. Leonel Fernández Reyna no ha escatimado esfuerzo alguno ni desperdiciado oportunidades en los diferentes escenarios internacionales,  para abogar, con sobradas y justificadas razones, el merecido reconocimiento de la Autoridad Nacional Palestina  como país y nación,  de manera oficial y formal,  de todos los Estados que integran la Organización de las Naciones Unidas (ONU).


La Autoridad Nacional Palestina, se origina en el año 1994, como consecuencia de los resultados logrados en los acuerdos de Oslo, suscritos entre la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y el gobierno de la República de Israel.


Estos acuerdos que arribaron a la conclusión de reconocer, aún fuere de manera transitoria, a la Autoridad Nacional Palestina, se hizo posible debido a la incansable y perseverante lucha, emprendida y dirigida por un conjunto de hombres y mujeres, encabezados por un hombre que, con el devenir de sus hechos y actuaciones por todo el mundo, se erigió en una especie de leyenda. Me refiero al Señor Yasser Arafat.


Como dije hace un momento en otra parte de las palabras que les dirijo a todos los presentes, aquí y ahora, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) no le ha conferido a la Autoridad Nacional Palestina, la titularidad como miembro de la misma. Sin embargo, eso no ha sido obstáculo para que un gran número de países árabes, asiáticos, africanos, europeos y latinoamericanos, incluyendo el nuestro,  le reconozca a la Autoridad Nacional Palestina la condición de un auténtico y legítimo Estado.

La presencia de este extraordinario ser humano en la patria quisqueyana, de este luchador por los derechos y la paz de su pueblo y la posterior visita que hará a otros países del área, se orienta en la dirección a los fines y propósitos indicados en el párrafo que antecede y, además, en lo que ha sido su existencia.

Si se examina de manera detenida la hoja de vida del Presidente Abbas, nos encontraremos con un batallador infatigable, con un gladiador sin descanso ni vacaciones,  que solo ha tenido por norte procurar una solución pacífica pero con dignidad y decoro, al conflicto árabe israelí.


Su historial está ahí: Auspiciador de las negociaciones y del diálogo con los movimientos judíos en el año 1970. Parte fundamental en el anuncio de “principios de la paz” que perseguía la creación de dos estados en 1977. Electo miembro del Comité Ejecutivo de la OLP en el año 1988. Coordinador de los procesos de negociaciones durante la Conferencia de Madrid. Cabeza del equipo palestino en las conversaciones secretas de Oslo. Jefe  del Departamento Nacional de la OLP para asuntos árabes en 1994. Suscribió el acuerdo de paz en 1993 con Israel a nombre de la OLP. Ha encabezado las negociaciones de la OLP desde el año 1994. Avaló con su firma el acuerdo ínterin a nombre de la OLP, en septiembre de 1995. Director de la Comisión Electoral Central en el año 1996, para las elecciones del Consejo Legislativo Palestino. 48 años de exilio de territorio palestino hasta el año 1995. Asumió la dirección de la primera sesión de las conversaciones entre Israel y Palestina sobre el estado final en mayo de 1996. Primer Ministro de la Autoridad Nacional Palestina en el 2003 y Presidente desde el año 2005.

Como se habrá podido observar, apreciados y destacados invitados,  estamos ante la presencia, como decíamos al inicio de estas palabras, de una visita trascendental e histórica, no solo por lo que ha sido la vida de este paradigmático hombre, sino por lo que representa este  excepcional ser humano, es decir, la lucha de todo un pueblo por sus derechos, por su territorio, por su soberanía, por su reconocimiento como Estado, por la igualdad, por la justicia, por la libertad, por sus creencias, sus tradiciones y su cultura. En fin, simple y llanamente, por una palabra que lo abarca y lo encierra todo, absolutamente todo, por la dignidad de su pueblo.

Antes de concluir estas palabras, Presidente Abbas, distinguidos convidados y convidadas, con su venia permítanme la siguiente disgregación:

Lo que ocurre es que me parece sentir en esta Augusta Sala la presencia de un dominicano extraordinario, ya fallecido, de padres árabes, que consagró toda su vida y existencia a una viril y ardiente defensa de los derechos y la lucha de los pueblos árabes y con él a esa laboriosa comunidad que convive con nosotros en nuestro país. ¡Qué bien se hubiera sentido aquí físicamente el Dr. Rafael Kasse Acta!.

Presidente Abbas, desde esta solemne tribuna legislativa y a nombre del Congreso Nacional de la República Dominicana, le manifestamos a usted y a todo su pueblo, nuestro más decidido y absoluto respaldo a su justo reclamo, de que la Autoridad Nacional Palestina sea reconocida como un legítimo Estado con todas sus consecuencias, por la Organización de las Naciones Unidas.


Por ello Presidente Abbas, al mostrar nuestra firme solidaridad  por la cruzada que lleva a cabo por todo el mundo, concluimos nuestras palabras diciéndole, conjuntamente con quien en vida se constituyó en un ardiente defensor de los derechos del pueblo palestino, como lo fue el gran José Saramago que,  “solidarizarse es un verbo que todos los días se conjuga simultáneamente en sus tres tiempos: presente, pasado y futuro. El recuerdo de la solidaridad pasada refuerza la solidaridad que el presente necesita, y ambas, juntas, preparan el camino para que la solidaridad, en el futuro, vuelva a manifestarse en toda su grandeza”.




























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