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lunes, 17 de octubre de 2011

El lado negativo de las ofertas

Muchas personas van a los centros comerciales detrás  de las ofertas con el fin de ahorrar dinero, sin embargo en esa búsqueda a  veces terminan por gastar más de la cuenta.
Visitar las tiendas y supermercados en busca de adquirir artículos a precios más bajos, no siempre significa una ventaja para el comprador, ya que muchos adquieren productos que no necesitan por el simple hecho de costar algunos pesos menos.

“La gente se deja impresionar por las ofertas, en el momento de la compra les cautiva el precio y no piensan si realmente es necesario o si es conveniente”, expresa  Juan Luis Trinidad, mercadólogo y dueño de una pequeña tienda de ropas.

Existen diversas estrategias utilizadas por los centros comerciales para atraer la atención de los clientes, una de ellas es aplicar descuentos a los productos o entregar dos por el valor de uno.

“Hay que aprovechar las oportunidades, si veo algo que es bueno y a buen precio, pero claro que me voy a inclinar por eso, estamos en un tiempo que tenemos que economizar lo mayor posible”, así expresa Ana María Pérez, una  ama  de casa de Invivienda.

Al Igual que esta señora, la mayoría de la gente busca economía a la hora de hacer sus compras, del tal modo que algunas se guían de los anuncios  que colocan los comercios y sin importar la distancia o el gasto que implica ir hasta allá.

“Por ejemplo, cuando los supermercados ponen un día de la semana con ofertas de vegetales, las señoras tienen un mercadito a la vuelta de la esquina donde una libra de zanahorias les cuesta 20 pesos, por decir una cantidad, y en el súper está ese día a 15, ella se enfoca en esos cinco pesos menos, pero no calcula que para ir va a gastar más en combustible o que tiene que pagar un taxi. Esas son cosas que la mayoría de las personas no toman en cuenta”, explica  Trinidad.

Ciertamente, las propuestas atractivas de muchos establecimientos, motivan a no pocos consumidores a comprar, aunque no se trate de un producto o servicio que realmente necesiten.

Tambiénestá el caso de los individuos que se hacen adictos a las compras,  son un poco ms delicados, ya que el comprador compulsivo, utiliza ese mecanismo para llenar algún vacío emocional. Se refugian en  ese hábito de intercambio, de tal modo que no pueden controlar el impulso.

“Son personas que sienten algún tipo de insatisfacción en sus vidas y esa actividad les provee una sensación de bienestar pasajero”, afirma  la sicóloga Elizabeth Santana.

Dice también que al momento de  comprar, el cerebro produce dopamina, sustancia que genera adrenalina y que otorga una sensación de felicidad.

Comprar a precios bajos es algo que a los clientes les agrada y que aunque no parezca, beneficia bastante a los comerciantes y no siempre a los consumidores.

Marlenys Ferreras

www.mipais.com.do

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